No hubo nota del periodista oficialista Verbistky, ni
improperios del intelectual de Carta Abierta, Horacio González, que
evitara lo inevitable: que el kirchnerismo cerrara filas detrás del
“Papa peronista”.
Amigos son los amigos
La designación de Bergoglio como papa aglutinó también a
la oposición patronal, que se manifestó exultante: desde las
derechistas amigas de Bergoglio como Michetti y Carrió (con su nuevo
aliado, Pino Solanas) hasta el “socialista” Binner.
Mauricio Macri, decretó asueto en las escuelas porteñas
para poder ver la asunción del Papa. ¡Un atropello contra la educación
pública laica! Toda la oposición, comandada por la “corpo” de Clarín, y
viendo que el gobierno le arrebataba las banderas derechistas vaticanas,
salió a denunciar que Bergoglio no había sido recibido por la Casa
Rosada mientras era arzobispo; que el cardenal y el gobierno vivían
enfrentados; que ahora todos los kirchneristas se daban vuelta. ¡Un
concurso por ver quién era más amigo de Bergoglio de la primera hora!
Pero Macri, Michetti, Carrió y Cristina tienen un
acuerdo fundamental con el papa Francisco: todos están contra el derecho
al aborto. Este gran “frente único clerical” que nuclea al gobierno y a
la oposición patronal, no hace más que fortalecer a una institución
reaccionaria, oscurantista, homofóbica, encubridora de pedófilos y
profundamente misógina.
Anticonceptivos para no abortar y aborto legal, seguro y gratuito para no morir
A quienes luchamos por los derechos de las mujeres y de
la comunidad LGTB, la noticia nos cayó como un balde de agua fría. Quien
ha sido elegido Papa es el mismo que, siendo arzobispo de Buenos Aires
dijo que la aprobación del matrimonio igualitario era “una guerra santa
contra Dios”. Es el mismo que puso obstáculos a que se cumpliera el
tratamiento del aborto no punible y es un férreo opositor a la
legalización del aborto. La “opción por los pobres” de Bergoglio, está
claro que no incluye a las mujeres que mueren por abortos clandestinos
que en su mayoría son jóvenes y pobres.
Las mujeres y la comunidad LGTB no tenemos nada bueno
que esperar de esta Santa Alianza. En diez años de gobiernos
kirchneristas, el oficialismo se negó a legalizar el aborto, aun cuando
contó con mayoría parlamentaria y no hizo falta que hubiera Papa
argentino para que Cristina le prometiera al Vaticano (¡mucho antes!)
que este derecho no iba a avanzar en el Congreso.
A la unidad de los “papistas” de la primera hora,
tenemos que contraponer la unidad de las mujeres, las agrupaciones
sociales y políticas, los centros de estudiantes, las comisiones
internas y luchadores sindicales, las organizaciones feministas y de
Derechos Humanos, de nuestros compañeros, de todas y todos los que
luchamos por anticonceptivos para no abortar y aborto legal, seguro y
gratuito para no morir, de quienes defendemos el derecho de las mujeres a
decidir y no queremos ver ni una mujer muerta más por las consecuencias
del aborto clandestino.
(co-autoría con María Chaves)
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