Syriza es criticado por la ausencia de las mujeres en su flamante
gabinete. Podemos, del Estado español, también recibió el año pasado,
numerosas críticas de feministas por las contradicciones entre su
discurso y su práctica respecto de la agenda de igualdad de género.
Ambos agrupamientos políticos son considerados de izquierda por millones
de personas. ¿Es igual en el Frente de Izquierda? ¿Por qué la "cuestión
de la mujer" tiene una importancia fundamental para el marxismo
revolucionario? Seguir leyendo aquí.
Queremos el pan, pero también las rosas
3/2/15
23/12/14
2014: El balance de las mujeres
Se termina un año y también un ciclo político que el oficialismo bautizó como la década ganada. Como sucede siempre para estas fechas, es tiempo de balances y reflexiones. ¿Cuál es el balance que podemos hacer las mujeres de este 2014? Seguir leyendo aquí.
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9/12/14
La Iglesia de Bergoglio: el mismo oscurantismo, pero con cara renovada
En una entrevista a La Nación el Papa hizo un balance del último
sínodo y aseguró que "no se tocó ningún punto de la doctrina de la
Iglesia sobre el matrimonio" y que no se piensa cambiar el pensamiento
del Vaticano respecto a los homosexuales. Seguir leyendo aquí.
6/12/14
"Aprender a mirar la vida a través de los ojos de las mujeres"
La versión completa de la intervención de Andrea D'Atri, una de las fundadoras de Pan y Rosas y dirigente del PTS en el acto del 6 de diciembre, en el estadio Malvinas Argentinas (Argentinos Juniors). Leela aquí.
2/12/14
Nuestras propias fuerzas
El kirchnerismo terminó de robarle la agenda a la oposición, iniciando una transición derechista y pejotista, ante la pasividad obsecuente de su ala progresista. De esa casta política que administra los negocios de los capitalistas, nada tenemos que esperar las mujeres. Necesitamos poner en pie un movimiento de lucha, de miles de mujeres en las calles y construir nuestra alternativa política: una izquierda de la clase trabajadora, que levante y defienda el programa del Frente de Izquierda y luche por un gobierno de las trabajadoras y trabajadores. Seguir leyendo aquí.
26/11/14
No cerrar la boca
El folleto provocó un escándalo. La juventud macrista sugiere –con una imagen muy elocuente- que, si sos una mujer (¿o una niña?) para PROtegerte del HIV, tendrías que cerrar las piernas. Muchos mensajes concentrados en una sola imagen: si no se es casto, el cielo nos castiga con pestes e infecciones; el único método válido para prevenir el HIV es la abstinencia sexual; las personas que deben cuidarse, ser castas y abstenerse sexualmente son las mujeres. ¿Dónde leímos sobre esto, anteriormente? En la doctrina de la Iglesia. El PRO de colores papales se embandera con el Vaticano para lanzar su reaccionaria campaña “de prevención”. Seguir leyendo aquí
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11/11/14
No ser, para estar OK
“Reducí la celulitis. Adiós a la piel seca. Hacé desaparecer ese
vello facial no deseado. Disminuí las estrías. Atenuá las manchas de la
edad. Eliminá el olor femenino. Perdé peso. Disolvé la grasa del
abdomen. Borrá las arrugas. Reducir, disminuir, atenuar, eliminar,
perder, disolver, borrar... Creo que alguien quiere hacerme
desaparecer.” El afiche de las mujeres de Guerrilla Girls on Tour, causa impacto. Seguir leyendo aquí
30/9/14
Cuando el femicida es el Estado
La violencia contras las mujeres no cesa; más bien escala a un nivel insoportable, cobrándose la vida de una mujer cada 30 horas en Argentina. Y en el mismo momento en que una Melina o una Paola encuentran la muerte en manos de desconocidos, amigos, novios o ex parejas, otra mujer muere porque el Estado impide que la interrupción voluntaria de los embarazos se practique en los hospitales públicos.
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23/9/14
Al rojo vivo
Legalizaron el aborto 50 años antes que Gran Bretaña; despenalizaron la homosexualidad 77 años antes que Alemania; permitieron el divorcio 70 años antes que Argentina. ¿Cómo tomaron, hace casi un siglo atrás, el cielo por asalto?
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4/7/14
¿Adiós a la revolución sexual?
Argentina es uno de los dieciséis países del mundo –el primero en
América Latina– que aprobó el matrimonio entre personas del mismo sexo,
aunque la ley sufrió varios traspiés antes de ser votada en el Senado,
en julio de 2010, por una exigua diferencia y tras muchas horas de
debate.
La crisis abierta en diciembre de 2001 –con la emergencia de los movimientos de desocupados, las asambleas vecinales y las fábricas tomadas por los trabajadores– había puesto también las demandas del movimiento de mujeres y del movimiento LGTB sobre el tapete. La legalización de las parejas del mismo sexo fue una de esas banderas y, en 2002, la Ciudad de Buenos Aires establecía el régimen de unión civil en su jurisdicción. Luego, numerosas organizaciones, nucleadas en la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans, privilegiaron estrategias jurídicas y parlamentarias, limitando la creciente movilización de la comunidad LGTB a la presión por la ley de matrimonio igualitario.
Así, lo que podría haber sido un gran punto de partida para fortalecer la lucha LGTB, pronto se convirtió en un techo. Pero, a pesar de sus límites, el debate de la ley no solo transformó beneficiosamente la vida de un sector de la comunidad de gays y lesbianas, permitió su visibilidad y una creciente aceptación social de la condición homosexual, sino que, además, impulsó un “espíritu igualitarista” en amplios sectores de masas. Los meses que duró el tratamiento de la ley en el Congreso, la clase trabajadora y la juventud debatieron en fábricas, facultades y oficinas, enfrentando viejos prejuicios y mostrando que el 70 % de aprobación que tenía el proyecto no era un invento de las encuestadoras. Dos años después se sancionó la Ley de Identidad de Género, fundamental para avanzar en la equidad de las personas transexuales. Sin embargo, muy pronto se evidenció que la igualdad ante la ley no es aún la igualdad ante la vida y que, tanto en el ámbito laboral como en el de la salud, aún subsiste la discriminación.
Estas experiencias –que merecerían su propio análisis y no es el propósito de este artículo– concentraron, en corto tiempo, las lecciones de cuatro décadas del movimiento de liberación sexual: demandas, alineamientos estratégicos y una deriva en la cooptación que nos proponemos examinar críticamente. SEGUIR LEYENDO AQUÍ
La crisis abierta en diciembre de 2001 –con la emergencia de los movimientos de desocupados, las asambleas vecinales y las fábricas tomadas por los trabajadores– había puesto también las demandas del movimiento de mujeres y del movimiento LGTB sobre el tapete. La legalización de las parejas del mismo sexo fue una de esas banderas y, en 2002, la Ciudad de Buenos Aires establecía el régimen de unión civil en su jurisdicción. Luego, numerosas organizaciones, nucleadas en la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans, privilegiaron estrategias jurídicas y parlamentarias, limitando la creciente movilización de la comunidad LGTB a la presión por la ley de matrimonio igualitario.
Así, lo que podría haber sido un gran punto de partida para fortalecer la lucha LGTB, pronto se convirtió en un techo. Pero, a pesar de sus límites, el debate de la ley no solo transformó beneficiosamente la vida de un sector de la comunidad de gays y lesbianas, permitió su visibilidad y una creciente aceptación social de la condición homosexual, sino que, además, impulsó un “espíritu igualitarista” en amplios sectores de masas. Los meses que duró el tratamiento de la ley en el Congreso, la clase trabajadora y la juventud debatieron en fábricas, facultades y oficinas, enfrentando viejos prejuicios y mostrando que el 70 % de aprobación que tenía el proyecto no era un invento de las encuestadoras. Dos años después se sancionó la Ley de Identidad de Género, fundamental para avanzar en la equidad de las personas transexuales. Sin embargo, muy pronto se evidenció que la igualdad ante la ley no es aún la igualdad ante la vida y que, tanto en el ámbito laboral como en el de la salud, aún subsiste la discriminación.
Estas experiencias –que merecerían su propio análisis y no es el propósito de este artículo– concentraron, en corto tiempo, las lecciones de cuatro décadas del movimiento de liberación sexual: demandas, alineamientos estratégicos y una deriva en la cooptación que nos proponemos examinar críticamente. SEGUIR LEYENDO AQUÍ
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