30/9/14

Cuando el femicida es el Estado

La violencia contras las mujeres no cesa; más bien escala a un nivel insoportable, cobrándose la vida de una mujer cada 30 horas en Argentina. Y en el mismo momento en que una Melina o una Paola encuentran la muerte en manos de desconocidos, amigos, novios o ex parejas, otra mujer muere porque el Estado impide que la interrupción voluntaria de los embarazos se practique en los hospitales públicos.


La prohibición no impide que se practiquen medio millón de abortos en el país, cada año. Pero la prohibición provoca que las 300 mujeres más pobres mueran por las consecuencias de los abortos inseguros, clandestinos, que no son realizados bajo condiciones de higiene y por personal idóneo.

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