Todos los medios señalan: nunca antes hubo tantas candidatas mujeres para una elección, sin embargo, ninguna levanta como programa la lucha por los derechos de género y menos aún el derecho al aborto.
Quizás las periodistas mantienen la ilusión de que el género hace al programa político por el cual se lucha. Pero no es así. No nos asombra de las candidatas de la derecha. Pero tampoco nos asombra de las candidatas oficialistas de un gobierno que se ha pronunciado repetidamente contra el derecho al aborto. El, 28 de setiembre, Día de Lucha por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe, nos desayunamos con la noticia de que la candidata cool que gusta de las carísimas carteras Gucci y la ropa elegante, estuvo visitando la Basílica de Luján en señal de acercamiento a la jerarquía eclesiástica. Frente a un obispo que respetó los “votos de silencio” durante la dictadura y ante 500 empresarios (¿esos serán los “votos de pobreza”?), Cristina K “abandonó su tono de barricada” (dice Clarín, no nosotras). Pero hay quienes aún esperan que, en la oposición de centroizquierda, se encuentren voces favorables a los derechos de las mujeres.
Allí están, para quienes quieran ver, las que como Lilita Carrió, levantan su catolicismo como bandera y llevan en sus listas a los de la “vieja política” que tanto le gusta criticar, como Olivera. Mientras los diarios anuncian que, por la crisis, hay 40.000 personas más viviendo en villas en la Ciudad de Buenos Aires, la señora Carrió se alía con el ex intendente porteño que favoreció impunemente a los pulpos inmobiliarios mientras crece el problema de la vivienda y cada vez son más las mujeres que, con sus familias, quedan en la calle.
Otras, como María José Lubertino, después de posar junto a De la Rúa, el ARI, el Partido Socialista, Ibarra y ahora sacarse la foto junto a Kirchner, sólo hablan del derecho al aborto en los encuentros de mujeres, en los foros feministas y en las conferencias de ong’s, pero se callan a la hora de la campaña electoral.
Las candidatas del sistema no quieren enfrentarse a la reaccionaria institución de la Iglesia. Y menos aún al gobierno al que, en esta materia, le sobra cinismo y le faltan acciones.
Lamentablemente, la mayoría de la izquierda –que está a favor del derecho al aborto- actúa del mismo modo a la hora de la campaña electoral, por miedo a “perder votos” con un tema tan controvertido. El resultado es que las candidatas y candidatos del PTS fuimos los únicos que, a la hora de la campaña electoral, dijimos en los medios –cuando nos dieron la oportunidad-, en comunicados de prensa que se negaron a publicar y en afiches y volantes públicos, lo mismo que decimos todos los días: ahora también es “el momento” de luchar por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito.
No es una casualidad. El Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) hace muchísimos años que hace lo contrario de lo que hacen estas candidatas, aprovechando incluso la exposición que permite la campaña electoral, para seguir planteando el derecho al aborto, tal como lo hacemos en los Encuentros de Mujeres, en las luchas, en las movilizaciones, en la militancia cotidiana. Tan es así que nos valió, en otras épocas, los comentarios detractores de Neustadt y Grondona y, actualmente, el “ninguneo” de una prensa “progresista” adicta al oficialismo.
No nos preocupa. No tenemos dos caras ni dos discursos. No queremos ni una muerta más por aborto clandestino en la Argentina y luchamos por ello consecuentemente, en cada espacio y en todo momento por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito.
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