El Ejército hondureño secuestró y expulsó a Costa Rica al presidente constitucional de ese país, Mel Zelaya, con la excusa de la supuesta ilegalidad de la consulta popular que se iba a llevar a cabo para proponer en las elecciones de noviembre agregar una urna donde se votase la aprobación al llamado a una Asamblea Constituyente. Es un golpe que cuenta hasta el momento con el apoyo de las principales fracciones de la burguesía, la oposición parlamentaria, la Corte Suprema y las Fuerzas Armadas, con la complicidad también de la jerarquía de la Iglesia Católica y las iglesias evangélicas, quienes participaban de la oposición a la consulta. Leer completa la Declaración del Partido de los Trabajadores Socialistas, de Argentina Leer aquí la declaración del movimiento de mujeres y feministas hondureñas
Leer aquí el comunicado de prensa de la agrupación de mujeres Pan y Rosas, de Argentina
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