Muchas veces acudimos al término “dialéctica” para referirnos a algo que implica múltiples determinaciones o que es contradictorio y complejo. También hablamos del pensamiento de Marx y Engels como “materialismo dialéctico”. Si bien se trata de un tema arduo y sobre el cual se podrían escribir libros enteros o discurrir en interminables disquisiciones teóricas, intentamos esbozar aquí –en pocas líneas- qué es la dialéctica, para colaborar con nuestros lectores en la comprensión de la misma.
En el Instituto del Pensamiento Socialista Karl Marx se ha realizado el seminario “Orígenes de la Dialéctica” –a cargo de Andrea D’Atri- y se preparan “Introducción al pensamiento de Hegel” –por Juan Dal Maso-, además de otros cursos sobre la dialéctica en Marx, Lenin, Gramsci y Trotsky para los próximos meses. Esperamos que este artículo despierte el interés de nuestros lectores para incorporarse a estos cursos del IPS.
Ser y no ser, ¡ésa es la cuestión!
Estamos habituados a pensar que las cosas son “como son”. El sentido común, muchas veces perfeccionado por las instituciones educativas, nos recalca permanentemente que “esto es esto” y no puede ser su contrario. Parece una evidencia sensata. Pero pensemos de otro modo... ¿cómo definiríamos a Zanon ante una persona que no conozca su historia?
Podríamos decir “Zanon es una fábrica”. Y nos responderían: “Volkswagen también es una fábrica, ¿Zanon es como Volkswagen?” Entonces diríamos: “¡No! Porque Zanon es una fábrica de cerámicos, no de autos.” Nuestro amigo diría: “Ah, entiendo, es como Cerámicas San Lorenzo.” Y tendríamos que agregar más información para que se comprenda la diferencia: “¡No! Porque Zanon es una fábrica de cerámicos bajo gestión obrera, sin patrones.” Pero nos podrían contestar: “Pero una fábrica es un medio de producción, con un patrón que contrata obreros a quienes les compra su fuerza de trabajo a cambio de un salario... De lo que se desprende que, entonces, Zanon no es una fábrica.”
¿Podríamos concluir entonces que Zanon es una fábrica y Zanon no es una fábrica? ¿Cómo llegamos a esta contradicción?
Eppur si muove(1)
Si sólo dijéramos “Zanon es una fábrica”, no estaríamos mintiendo, pero tampoco estaríamos dando una definición muy acabada de Zanon, porque Zanon es una fábrica de cerámicos, pero también es mucho más. Supongamos que ante la pregunta ingenua de qué es Zanon, contestáramos: “Zanon es un símbolo de lucha obrera.” ¿Sería verdadera esta definición? Sí, también. Pero tampoco está completa. Porque “El Cordobazo” también es un símbolo de lucha obrera ¡y no es una fábrica como Zanon! Entonces, se trata de no ver las cosas como entes estáticos, sino como el resultado de un proceso histórico que les dio origen para que llegaran a ser lo que son.
Volvamos al ejemplo de Zanon: es una fábrica que, en este caso, es el resultado de un proceso de luchas, de resistencia, de enfrentamientos con la burocracia del SOECN, con la patronal de la fábrica, con la justicia. Un proceso que incluyó la unidad con otros sectores de trabajadores, con movimientos de desocupados, con los pueblos originarios de Neuquén, con la comunidad... Por miles de acontecimientos es que Zanon –la fábrica donde los ritmos de explotación eran enormes y aumentaban aún más con los despidos de trabajadores y que estaba a punto de cerrarse- se transformó en Zanon –la fábrica bajo gestión obrera que incorporó nuevos trabajadores y que producen sin patrón-.
Entonces, ¿Zanon es Zanon? Sí y no. Zanon llegó a ser lo que es a través de un proceso en el que se fue diferenciando de lo que era anteriormente para transformarse en esto que es ahora.
Génesis y estructura
Claro está que si todo el tiempo pensáramos que las cosas son y no son, no podríamos entendernos. La realidad fluye, la vida es movimiento, pero también alcanza ciertas equilibraciones, cierta quietud, configurando algunas estructuras que se nos presentan ante nuestra experiencia como si estuvieran quietas, como si no fueran el resultado de un proceso que las originó, como si fueran eternas e inmutables.
¿El hombre alguna vez no existió?¿Alguna vez no existirá? ¿Siempre hubo explotación del hombre por el hombre? ¿Siempre la habrá? ¿La familia no es, acaso, la “célula básica de la sociedad” y siempre lo será? ¿Acaso no es inevitable que siempre exista un Estado para el “bienestar general”? ¿No es verdad, acaso, que las mujeres son “naturalmente” sensibles y los hombres “no lloran”? Muchas cosas que se nos presentan como “verdades eternas” son el resultado de determinados procesos históricos y, si borramos esa huella de su génesis, nos resulta muy difícil comprenderlas ¡o nos obligan a aceptarlas como si fueran mandatos celestiales!
Un escándalo para la burguesía, un arma para los obreros revolucionarios
Ahora nos parece menos ilógico esto de que Zanon es y no es. ¡Casi diríamos que es obvio! Pero, entonces, si para comprender más profundamente la realidad tenemos que pensar en las cosas tal como son, pero también en cómo llegaron a ser, en el movimiento que les dio origen y en las contradicciones que encierra... ¿por qué tanto empeño en negar este método de conocimiento? ¿Por qué tanta guerra a la dialéctica en las instituciones educativas?
Porque, como decía Marx, la dialéctica es un escándalo para la burguesía ya que permite comprender la negación de las cosas existentes, su necesaria decadencia. Eso quiere decir, que si aprendiéramos a pensar que todas las cosas tienen un origen, un desarrollo por el cual llegaron a ser tal como se nos presentan en la experiencia, ¡entonces también podríamos concluir que son perecederas! Y si todo nace, se desarrolla y muere... ¿por qué no habría de suceder lo mismo con la burguesía y la explotación capitalista, sin ir más lejos?
La burguesía es una clase que tras las banderas de la democracia y la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, oculta el látigo bajo el cual mantiene explotados a los esclavos modernos. Por esa razón, no puede seguir llevando en alto las banderas de la dialéctica. Su método es, cada vez más, el del ocultamiento, la mentira y la irracionalidad. La clase obrera, por el contrario, es la heredera filosófica de la dialéctica, porque no está obligada a ocultar el contenido histórico de su existencia y, más bien, necesita descubrir el verdadero movimiento histórico que dio origen al capitalismo, las leyes de su funcionamiento y su propio papel en la producción de todas las riquezas sociales, con el propósito de acabar para siempre con la explotación del hombre por el hombre y construir los pilares de la futura sociedad socialista.
(1) “Sin embargo, se mueve”, dicen que es la frase que dijo Galileo, después de un largo proceso judicial en el que la Iglesia condenó su teoría de que la Tierra se movía alrededor del Sol.
Dialéctica es una palabra que viene del griego y que remite a dos términos: dia (“de lo uno a lo otro”) y légein (“decir, razonar”). De ahí que su sentido equivaldría a un “arte del diálogo”, en el cual se produciría una contraposición o lucha entre dos argumentos o razones para arribar a una síntesis.
Movimiento y quietud
Trotsky, en su estudio sobre la dialéctica, llega a la conclusión de que todo fluye, pero siempre dentro de ciertos márgenes. Dice: “El mundo no es ‘fluido’, hay cambios en él, la cristalización de elementos durables (coagulados), aunque no por cierto ‘eternos’. Entonces la vida crea sus propios márgenes para sí misma para más tarde borrarlos. Los cambios cuantitativos de materia en un estadio dado presiona contra esas formas coaguladas, las cuales eran suficientes para su estado previo. Conflicto. Catástrofe. O la vieja forma vence (sólo parcialmente vence), haciendo necesaria la autoadaptación del proceso (parcialmente) conquistado, o el proceso de movimiento revienta la vieja forma y crea una nueva, por medio de nuevas cristalizaciones de sus matrices y la asimilación de elementos de la vieja forma.”
L. Trotsky, Escritos Filosóficos, CEIP, 2004
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