Difícil decirte “Feliz Cumpleaños” cuando sé que te encontrás privada de tu libertad. Sin embargo, a pesar de las dificultades, espero que sea un feliz cumpleaños, porque si hay algo que no pudieron quitarte es la solidaridad de todas las mujeres trabajadoras, estudiantes, amas de casa del país que te conocemos sólo de nombre y por tu difícil historia, pero que desde que comenzó todo no paramos de luchar por tu libertad incondicional e inmediata.
No es fácil para vos. Y tampoco ha sido fácil para nosotras. Enfrentamos a una “justicia” que es de una manera para ricos y famosos, dejando libre a curas abusadores de menores, como es el caso de Grassi, pero que cae con toda su furia sobre las mujeres oprimidas, los pobres, las familias de las clases trabajadoras, como lo ha hecho contigo, pero también con cientos de luchadores y luchadoras de nuestra clase que están presos o procesados por enfrentar a los patrones capitalistas o al gobierno.
De todos modos, ¡feliz cumpleaños, Romina! Feliz porque no han logrado vencerte en tu espíritu que se mantiene con proyectos de vida, que quiere estudiar en la universidad, que quiere salir para luchar por un mundo mejor. ¡Feliz cumpleaños!, lo decimos nosotras que tampoco hemos sido quebradas en esta lucha, que no bajamos los brazos ni nos arrodillamos ante el poder de los Tribunales, del gobierno, de los partidos de la oposición de derecha ni de nadie de los que ahora te condenan y después pretenden usar tu causa como bandera para ganar la simpatía de los votantes o para acomodarse a las circunstancias o para decirnos a las mujeres luchadoras que dejemos todo el asunto en sus manos.
Nosotras, las mujeres del Partido de los Trabajadores Socialistas y de la agrupación Pan y Rosas estamos convencidas de que los derechos no se mendigan ¡se conquistan! Por eso, no pedimos... ¡exigimos! nuestro derecho al pan, a las rosas y a tu libertad, compañera.
En nuestro corazón, entonces, es un feliz cumpleaños igual. Porque no podrán arrancar la alegría que nos da saber que nuestra lucha va socavando los cimientos de esta sociedad de explotación, opresión y miseria en la que nos quieren condenar a cargar sobre nuestras espaldas la crisis económica y social de su podrido sistema. Porque no podrán arrancarnos la alegría de saber que, por el contrario, sobre nuestras espaldas cargamos con una partícula del destino de la humanidad, un destino liberado de todas las cadenas que hoy nos oprimen.
No es fácil para vos. Y tampoco ha sido fácil para nosotras. Enfrentamos a una “justicia” que es de una manera para ricos y famosos, dejando libre a curas abusadores de menores, como es el caso de Grassi, pero que cae con toda su furia sobre las mujeres oprimidas, los pobres, las familias de las clases trabajadoras, como lo ha hecho contigo, pero también con cientos de luchadores y luchadoras de nuestra clase que están presos o procesados por enfrentar a los patrones capitalistas o al gobierno.
De todos modos, ¡feliz cumpleaños, Romina! Feliz porque no han logrado vencerte en tu espíritu que se mantiene con proyectos de vida, que quiere estudiar en la universidad, que quiere salir para luchar por un mundo mejor. ¡Feliz cumpleaños!, lo decimos nosotras que tampoco hemos sido quebradas en esta lucha, que no bajamos los brazos ni nos arrodillamos ante el poder de los Tribunales, del gobierno, de los partidos de la oposición de derecha ni de nadie de los que ahora te condenan y después pretenden usar tu causa como bandera para ganar la simpatía de los votantes o para acomodarse a las circunstancias o para decirnos a las mujeres luchadoras que dejemos todo el asunto en sus manos.
Nosotras, las mujeres del Partido de los Trabajadores Socialistas y de la agrupación Pan y Rosas estamos convencidas de que los derechos no se mendigan ¡se conquistan! Por eso, no pedimos... ¡exigimos! nuestro derecho al pan, a las rosas y a tu libertad, compañera.
En nuestro corazón, entonces, es un feliz cumpleaños igual. Porque no podrán arrancar la alegría que nos da saber que nuestra lucha va socavando los cimientos de esta sociedad de explotación, opresión y miseria en la que nos quieren condenar a cargar sobre nuestras espaldas la crisis económica y social de su podrido sistema. Porque no podrán arrancarnos la alegría de saber que, por el contrario, sobre nuestras espaldas cargamos con una partícula del destino de la humanidad, un destino liberado de todas las cadenas que hoy nos oprimen.
Un gran abrazo desde Buenos Aires,
Andrea D’Atri,
Dirigente nacional del Partido de los Trabajadores Socialistas
y fundadora de la agrupación de mujeres Pan y Rosas
No hay comentarios:
Publicar un comentario