Hace pocos días, el Ministro de Salud de la Nación, Ginés García, declaraba en un reportaje estar a favor de la despenalización del aborto. El vicario castrense, Monseñor Baseotto, respondió amenazante que “merece que le cuelguen una piedra de molino al cuello y lo tiren al mar” por repartir preservativos y hacer estas declaraciones.
El escándalo no terminó allí. Citado por el Ministro de Defensa José Pampuro, para dar explicaciones de sus dichos –que recordaron los espeluznantes “vuelos de la muerte” con que la dictadura se deshacía de los cuerpos de los torturados arrojándolos al mar-, el obispo de las fuerzas armadas ratificó sus palabras. Tanta “prédica evangelizadora” no pasó inadvertida para sus superiores en el Vaticano que, inmediatamente, le enviaron su apoyo.
El obispo y la Iglesia
Monseñor Baseotto tiene una larga trayectoria como obispo en Santiago del Estero. Allí mantenía una estrecha relación con el asesino Musa Azar, actualmente acusado por el homicidio de una de las chicas del crimen de la Dársena, en el que dos jóvenes murieron después de haber sido violadas y torturadas en una fiesta de “ricos y poderosos”. Defensor acérrimo del podrido régimen de los Juárez, fue acusado en diversas oportunidades por sus expresiones contra los judíos y los musulmanes. Sin embargo, su ideología no le impidió, durante los ’90, mantener estrechas relaciones con el ex presidente Menem y su ministro Corach. Pero sus amistades no se limitan a militares, policías y políticos. En el 2002, se acercó al padre Grassi –actualmente acusado por el reiterado abuso de varios menores- para ofrecerle instalar un hogar de la fundación que éste presidía, en su diócesis.
El pasado 10 de diciembre, ya en su cargo de vicario castrense (cargo inventado por el ex dictador Pedro Aramburu en 1957 y rejerarquizado durante el menemismo) se pronunció sobre la última dictadura militar: “Se trató de una guerra. Y en una guerra es imposible evitar los excesos.” Ya en el 2003, había hecho gestiones ante la Corte Suprema para que se declaren constitucionales las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, con el fin de salvarle el pellejo a los milicos asesinos.
Alguna persona con cierta ingenuidad podría suponer que se trata de un obispo, que –lejos de la opinión de las autoridades eclesiásticas- expresa su ideología nazi y manifiesta oscuros vínculos con las mafias políticas y militares del país. Sin embargo, en vez de reprender sus declaraciones, desde el Vaticano lo aplaudieron y defendieron. El cardenal Renato Martino calificó sus amenazas contra Ginés García como “valientes y contundentes” y le hizo llegar su solidaridad. No es de extrañar. La Iglesia ha sido cómplice de los asesinatos y las torturas durante la dictadura militar argentina, bendijo las armas de los nazis durante la IIº Guerra Mundial y actuó, en innumerables ocasiones, como encubridora de los sacerdotes acusados de abuso de menores. Baseotto cobra un salario del Estado de 5.000 pesos. ¿Y de qué labura? ¡Encima estos curas tienen el tupé de vociferar contra los piqueteros que reclaman trabajo y meterse en la vida de la gente opinando qué podemos ver y qué no, como hicieron con la muestra del artista León Ferrari! Y mientras declaman el “respeto a la vida”, obligan a cientos de mujeres a seguir muriendo por abortos clandestinos.
Por eso debemos exigir la separación inmediata de la Iglesia del Estado. ¡Basta de subsidios a las actividades eclesiásticas y a la educación religiosa!
El ministro y el gobierno K
Mientras el gobierno, con su habitual gesticulación ampulosa estilo K, pedía al Vaticano que hiciera renunciar al prelado en cuestión, Chiche Duhalde salió a reprender al obispo por... ¡imprudente! y calificó sus amenazas de “desafortunada frase”.
Por su parte, el ministro insultado aclaró que no pensaba hacer nada contra el obispo y, rápidamente, aclaró que pide la despenalización del aborto sólo en “casos extremos”. Ginés se lavó las manos. De hecho, ni él ni nadie en el gobierno tiene un proyecto de ley sobre aborto, que vaya ni siquiera en ese mínimo sentido. Nos cansamos de repetir en LVO que Kirchner, siempre que tuvo la oportunidad, le dejó bien en claro al Vaticano que durante su gobierno no favorecería de ninguna manera la despenalización del aborto ni mucho menos su legislación.
De hecho, en medio de este escándalo, no sólo se siguen muriendo mujeres por causa de los abortos clandestinos sino que, además, a una pobre mujer que logró sobrevivir a la hemorragia provocada por un aborto incompleto, le acaban de iniciar una causa penal. En la localidad de San Lorenzo, hace pocos días, la joven fue sometida a prestar declaración policial, sin la presencia de ningún abogado, cuando aún se encontraba internada.
Este gobierno, en el cual muchas mujeres depositaron esperanzas, ya ha mostrado la hilacha reiteradamente. Nuestros derechos no se pueden garantizar con discursos, pronunciamientos y declaraciones grandilocuentes en los diarios. Por eso debemos organizarnos, de manera independiente del Estado, el gobierno y los partidos patronales, en la lucha por el derecho al aborto libre y gratuito y todas nuestras demandas.
Publicado en La Verdad Obrera Nº 158
1 comentario:
Me gusta el blog, caché el link del blog pan y rosas, estoy muy de acuerdo con la mayoria d elas cosas y me alegra leer en otras opiniones cosas que nadie dice jajaja xd.
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